Quizás se puede pensar que la Juve es el rival más flojo de semifinales si nos fijamos en los otros tres contendientes, Bayern, Barça y Real Madrid. Pero pobre del que se fíe de un equipo compacto, sólido y experto que acaba de proclamarse vencedor del Calcio el pasado fin de semana. La Vecchia Signora tiene el gen de los ganadores intrínseco en el alma y nunca se debe infravalorar a uno de los mejores equipos de Europa por historia, y a uno de los cuatro mejores en la actualidad por estadística. Quizás no tengan los nombres mediáticos de otros, aunque tampoco andan descalzos de futbolistas de clase, pero poseen la mejor característica que define a un grupo: son un equipo y trabajan como tal. Por la otra parte el Real Madrid, defensor del título y máximo galardonado en la historia. Unas credenciales que hablan por sí solas.
Con el Scudetto ya en el bolsillo, los de Massimiliano Allegri encaran el partido de ida de las semifinales de la Champions League ante el Real Madrid sin tiempo para celebraciones. El título doméstico se celebró lo justo y ahora toca mentalizarse para doblegar nada más y nada menos que al vigente campeón. Para ello, el técnico italiano no podrá contar con una baja sensible, y es que Pogba no podrá jugar por estar aún recuperándose de su lesión en el bíceps femoral. Tampoco podrán participar Cáceres ni Asamoah, también lesionados.
En cuanto a la alineación local, ya con un recuperado Buffon bajo palos, Allegri podría decantarse por reforzarse con tres centrales (Barzagli, Bonucci y Chiellini) y usar el 1-3-5-2 característico con laterales de largo recorrido personificados en Lichtsteiner y Evra, o pasar a un 1-4-4-2 con unas líneas más equilibradas eliminando a Barzagli y metiendo a Pereyra en la zona media. El centro del campo es la zona en la que se fraguará la batalla más intensa, por lo que es probable que Vidal, en buena forma últimamente, y Marchisio hagan el trabajo sucio para que Pirlo pueda dirigir la orquesta con la elegancia y clase que acostumbra. En la delantera, Morata y Tévez. El primero con el hambre de marcar ante su ex-equipo, una motivación más a la ya supuesta. El argentino con el hambre que se gestó en ‘Fuerte Apache’ y la calidad que siempre le caracteriza, convirtiéndole en una amenaza constante y un dolor de cabeza para la defensa rival.
Poniéndose la piel de cordero el míster del conjunto turinés declara favorito al Real Madrid por ser el vigente campeón, pero aclara que la Juve tiene una oportunidad de oro para intentar llegar a lo más alto del continente y pelearán con todo para hacerse valer. No cometer errores defensivos y aprovechar las oportunidades de cara a puerta se antojan vitales, y es que cualquier detalle puede definir el devenir de la eliminatoria.
En plena vorágine liguera peleando el título contra el FC Barcelona, también semifinalista de Champions, aterriza el Real Madrid en Turín con la mente puesta en obtener un buen resultado para refrendarlo en el partido de vuelta en el Bernabéu. El piamonte no es precisamente una tierra de buenos frutos para los blancos, dónde sólo han conseguido vencer una vez (1962). Y es que desde que inauguraran el nuevo y precioso Juventus Stadium la Juve solo fue doblegada una vez en casa tras 17 partidos. Unas cifras que impresionan y hablan a las claras del poderío de los locales cuando juegan sintiendo de cerca el aliento de sus aficionados. Sin embargo, y aunque a Ancelotti no se le da bien enfrentarse a los bianconeri, ni tampoco se le dio bien cuando les entrenó, el Real Madrid tiene la oportunidad de repetir final en la máxima competición continental y un reto por delante: nadie ha sido capaz de revalidar el título de forma consecutiva en toda la historia de la Champions League. Una hazaña de las pocas que le quedan por conquistar al dominador y auténtico rey de la competición.
Por lo visto en los cuartos de final frente al Atlético de Madrid y en el último partido de Liga frente al Sevilla, lo más probable es que Sergio Ramos vuelva a ser alineado en el centro del campo para dotar de más poderío defensivo a los de Ancelotti en dicha parcela. El experimento le ha salido bien al míster italiano, por lo que imagino una zona ancha con Kroos, James y el citado Ramos para equilibrar el medio sin el lesionado Modric. Como consecuencia de este cambio de posición en el central madridista, Varane sería el compañero de Pepe en el eje de la zaga y Carvajal y Coentrao, más defensivo, o Marcelo, más ofensivo, actuarían en los laterales. Casillas es el dueño de la portería y en la delantera Cristiano Ronaldo y Bale parecen fijos. La duda recae en saber si el enrachado Chicharito será de la partida en el puesto de delantero centro o si Ancelotti preferirá cambiar el 1-4-3-3 característico y meter a Isco para reforzar el medio con un 1-4-4-2, o usar el 1-4-3-3 con el mexicano y sin el malagueño.
Lo que sí ha dejado claro Ancelotti es que el Real Madrid jugará al ataque siguiendo la idiosincrasia de su historia y su filosofía, eso sí, reconociendo el míster de los blancos que deberán defender mejor que en los últimos partidos dada la importancia de no recibir goles en una eliminatoria.
A priori se presenta un partido igualado que huele a empate con pocos goles o que se decantará para uno de los dos lados por la mínima. 45% vs. 55% favorable al Real Madrid por la pegada del conjunto blanco.
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