Sobre aviso estaba el conjunto de Guardiola, que vió como los otros dos equipos españoles no tomaron demasiado en serio sus eliminatorias por la entidad del rival y cayeron eliminados, y regresó cuando más falta hacía para ser el único equipo español en clasificarse para los cuartos de final de la Champions League. Y si el Barça regresó para recordar aquel equipo arrollador de la psada temporada fue, en gran medida, gracias a Lionel Messi. El argentino es ahora mismo el mejor futbolista del mundo y además está en un momento dulce en el que todo le sale bien y en el que todo lo que toca lo convierte en oro, ya sea en gol suyo o para servírselo a un compañero. Tambien volvió ese Barça que desea Guardiola, el Barça que presiona al unísono muy arriba la salida del balón del rival y que cuando roba pone en en marcha la maquinaria del fútbol de toque que llega a la portería contraria una y otra vez hasta encontrar el gol. Mucho tiene que ver ésto en la no inclusión de Ibrahimovic en el once inicial, no es casualidad. Cuando juega el sueco, el Barça no juega de la misma forma, y es porque Zlatan no hace esa labor defensiva y esa presión constante que es vital para el desarrollo del juego blaugrana. Ibra aporta otras cosas, pero de momento no está cumpliendo las expectativas creadas con su fichaje. El Barça debería haber apostado por Eto’o, se equivocó en el cambio aunque no lo reconozcan, pero el juego y los resultados demuestran que efectivamente no se eligió la opción correcta.
El técnico del conjunto alemán tambien se equivocó dejando a Gebhart en el banco para reforzar el centro del campo, y aunado a la baja del mejor defensa del equipo germano, Tasci, dejaron a los suevos a merced del Barça. El Barça salió a por el partido desde el primer minuto dominando el juego y creando ocasiones, hasta que llegó el primer gol, o más bien golazo, firmado por Messi con un zurdazo a la escuadra tras una jugada personal en la que dribló a varios defensas. Pedro ponía la sentencia siete minutos después tras otra jugada de Messi que pasó en profundidad a Touré y éste le dio al canario el pase de la muerte dentro del área.
El segundo tiempo comenzó igual que el primero con el Barça como dueño y señor del encuentro, y al cuarto de hora Messi de nuevo, consiguió el tercer gol que fulminaba a los alemanes. El Stuttgart intentó irse arriba, pero la imposibilidad de marcar tres goles les hizo desistir y guardar fuerzas para la Bundesliga. El encuentro, sin embargo, dio la oportunidad a Bojan que pudo marcar el cuarto para el Barça cuando el partido moría.
Parece que el conjunto de Guardiola a recuperado el juego y el tono físico, y se perfila como favorito para reeditar el triunfo en la Champions, con el aliciente de que la final será en el Santiago Bernabéu, caramelo codiciado por el conjunto culé.
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