Salió el Barcelona dominando el juego, sabiéndose superior a los alemanes. Pero tras el primer cuarto de hora de partido, ese dominio no se traducía a llegadas con peligro para los de Guardiola. Demasiado toque, pero tambien un juego demasiado lento para lo que el Barça nos tiene acostumbrados. No había profundidad, no se disparaba a puerta, se perdía el balón con facilidad y se cometían faltas absurdas haciendo que su juego fuera previsible. Con todo esto al Stuttgart le bastaba con estar bien posicionado para defender correctamente y no pasar apuros. Entre tanta desidia, los culés empezaron a dejar de creer en lo que estaban haciendo y comenzaron a desdibujarse en el campo perdiendo la posición continuamente, sobre todo en el medio, y regalando la posesión una y otra vez a los alemanes. Entonces el Stuttgart se vino arriba, comenzó a crear peligro por las bandas con los laterales subiendo hasta la línea de fondo, sobre todo con Molinaro por la izquierda (una gran primera parte), montando ataques con una transición rápida que se tradujo en llegadas con mucho peligro para la portería defendida por Valdés, hasta que en una de esas arremetidas llegó el gol de los suabos por medio del brasileño Cacau. A partir de ahí los alemanes se crecieron y llegaron varias veces más con tal peligro que bien pudieron haber encontrado puerta. El Barça no era el Barça y gracias a que llegó el descanso en el Mercedes-Benz Arena porque sino la cosa se podría haber ido a un 2-0 ó 3-0.
Tras el descanso, Guardiola mostró a sus jugadores en el vestuario los errores cometidos en cuanto a posicionamiento y los jugadores salieron a tocar la pelota más rápido y con más criterio, abriendo a banda y el Barça comenzó a llegar con más profundidad y crear ocasiones a la puerta defendida por Lehman. Pasados los diez minutos de la segunda parte llegó el gol del Barça tras una jugada en la que intervino Piqué (sería un buen delantero centro si hubiera entrenado como tal desde pequeño) y que remató Ibrahimovic, deteniendo Lehman el primer remate, pero que nada pudo hacer ante el segundo disparo del sueco. Empate y toda la segunda parte para remontar el resultado. El Barça lo intentó sin éxito porque el Stuttgart, muy superior en la forma física en el primer tiempo pero falto de gasolina en el segundo debido al palizón de la primera parte, se dedicó a cerrarse y defender muy juntos conformándose con el resultado.
Pudo ser un mala noche para los azulgrana, pero al final obtuvo un buen resultado para la vuelta en el Camp Nou, en la que el Barça debe imponer su caldiad y debe ganar con solvencia. La eliminatoria sigue estando en un 80% – 20% a favor de los culés.
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