Una vez más la mala suerte que profesara el extrenador húngaro del conjunto portugués, Béla Guttman (último técnico que logró hacer al Benfica campeón de Europa), se cumplió. Guttman dijo a su marcha del equipo luso, tras haber sido despedido por solicitar un aumento de sueldo, que «Sin mí, el Benfica no volverá a ganar una copa europea en cien años«. Y vaya que la famosa frase ya es toda una maldición que pesa como una losa imposible de levantar para un Benfica que, desde 1962, no logra levantar un título europeo, y eso que ha tenido la oportunidad nada más y nada menos que en siete ocasiones tras aquella última vez. La última, frente el Chelsea, en la final de la UEFA Europa League, encuentro en el que los Blues se impusieron a As Águias por 1-2 consiguiendo la victoria, además, con un gol de Ivanovic en el minuto 93, lo cual todavía es más doloroso para los benfiquistas.
El Benfica fue mejor en la primera parte, practicando un buen fútbol y llegando varias veces hasta el área rival, pero la falta de acierto de cara a gol les condenó. El Chelsea, atrincherado en su área durante la primera parte, parecía nervioso pese a su mayor experiencia en estas lides, sobre todo durante las últimas temporadas. Pero el peso histórico de un grande del fútbol europeo como el Benfica, vencía la balanza sobre el lado portugués. Sin embargo, y tras un gol anulado por un claro fuera de juego de Cardozo, Torres aprovechó un envío desde un saque de puerta de Cech para librarse de dos rivales y encarar a Artur. El delantero español dribló la salida del portero y tras un amago introdujo con clase el balón en la portería. Los hinchas Blues estallaron de alegría. Poco le duro la ventaja al Chelsea, y es que Azpilicueta cometió un penalty por desviar un disparo con la mano dentro del área, y Cardozo, con un disparo centrado pero potente, marcó el tanto del empate para el Benfica. Por lo visto en el partido, el resultado hacía justicia con el Benfica, e incluso se quedaba corto. Tras el empate, las fuerzas se igualaron, y tanto el Benfica con un disparo de Cardozo desde fuera del área, como el Chelsea con otro gran disparo de Lampard, pudieron dar ventaja a su equipo. El disparo del primero lo detuvo Cech,con una gran mano. El disparo del segundo reventó el larguero y salió rechazado. Y cuando el partido parecía estar abocado a la prórroga, en la última jugada del encuentro, Ivanovic se elevó cual Michael Jordan en sus mejores tiempos, y conectó un cabezazo rematando un saque de esquina que se coló por la escuadra de Artur tras describir una parábola infinita para los seguidores del Chelsea, y maldita para los del Benfica. Sin tiempo para más, el Benfica sacó de centro y el árbitro pitó el final del partido. Una amarga derrota para el Benfica y un gran triunfo para el Chelsea que se convierte en el primer equipo de la historia en ganar Champions League y Europa League en dos temporadas consecutivas, e incluso se da el curioso dato de que los Blues son los actuales campeones de ambas competiciones, hasta que el próximo 25 de mayo, en la final de Londres, haya nuevo campeón de Champions.
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