
La gran fiesta del fútbol europeo culminó con triunfo del Bayern München sobre el Borussia Dortmund en la gran final de Londres. Un triunfo merecido el de los bávaros, que han sido el mejor equipo de la competición.
La final estuvo muy igualada, en la primera ocasión que dos equipos alemanes se jugaban el título. El Dortmund comenzó con mucha intensidad y un gran ritmo logrando sorprender a su rival. Los de Klopp disfrutaron de muchas ocasiones, aunque no lograron acertar con la portería. A medida que pasaba el partido el Bayern fue adquiriendo mayor protagonismo logrando imponer su juego, que hasta el momento no había mostrado. Las ocasiones llegaban de un lado y otro, pero ambos porteros, Weidenfeller y Neuer estuvieron sobresalientes hasta que llegó el gol de Mandzukic a la hora de juego, tras rematar a placer una jugada entre Ribéry y Robben. Un penalty absurdo por una patada que no iba a ningún sitio de Dante sobre Reus, provocó el gol de Gündogan desde los once metros. El encuentro siguió siendo igualado, como reflejaba el marcador, pero Robben se sacó una jugada característica de su regate, habilidad y velocidad, para dar el título al Bayern cuando el partido agonizaba. Un gol que hace justicia con el delantero holandés, al que la suerte no le había sonreído demasiado en las finales. Ambas aficiones, con un comportamiento ejemplar, presenciaron la entrega del trofeo a los ganadores sin moverse del asiento, y reconocieron el éxito de ambos equipos agradeciendo el esfuerzo a sus jugadores por una sensacional temporada.
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