En mi opinión y seguro la de muchos otros, ésta es la sorpresa de octavos de final, a falta de que se complete el cuadro con los demás equipos. El Valencia, superior en Mestalla y tambien en algunos momentos del partido de ayer en Alemania, no supo como ganar a su rival cuando sobre el papel tiene más calidad y más argumentos que le convertían en favorito. No supo controlar el juego desde el centro del campo, donde Topal y Banega deberían haberse hecho con el control pues son superiores técnicamente al centro del campo rival compuesto por Matip y Kluge. No supo como contrarestar a la «Foquita» Farfán, por el que pasaban casi todas las acciones de peligro y superó a Mathieu constantemente. No supo como sujetar a Gavranovic, Emery quizas se sorprendió que jugara de inicio. No supo desarrolar su juego por las bandas, ocupadas ayer por Joaquín y Pablo Hernández, no llegaban casi nunca a la línea de fondo para poner en aprietos al meta Neuer (el mejor portero de Alemania junto a René Adler) sabiendo que aún no domina la faceta del juego aéreo. Aunque para ello hubiera sido mejor colocar a Soldado en lugar de a Aduriz, que ayer no estuvo nada fino. Como tampoco estuvo fino Mata, que salía de lesión y que no encontró su juego, resintiéndose el equipo por esta causa.
Pero no hay que quitar el mérito del Schalke 04. Felix Magath acertó de pleno al colocar al jóven Escudero en el lateral izquierdo, quizas cuando todos incluído Emery pensaban que alinearía al más experto Sarpei en una cita de tal importancia, que estuvo muy bien en defensa y colaboró fenomenalmente en ataque. Y acertó de pleno tambien alineando a Gavranovic, el mejor jugador del partido por detrás de Farfán, que dio mucha guerra a la defensa valencianista con su movilidad e hizo el trabajo sucio a Raúl abriéndole espacios y dejándole el terreno libre para que finalizara las jugadas. Y con todo esto logró anotar el segundo gol para los mineros tras una cadena de errores defensivos del Valencia dentro del área.
En definitiva, el Valencia era superior, pero no supieron en los 180 minutos llevarlo a la práctica, con el consiguiente cabreo de Unai Emery por haber perdido una gran ocasión para estar en cuartos de final. El Schalke será el rival deseado por todos en cuartos, que salvo sopresa caerá eliminado en la siguiente ronda, pero aún así habrán hecho un buen trabajo porque es difícil llegar tan lejos en la máxima competición europea de clubes practicando un fútbol rácano y con tan pocos argumentos.
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